En la dulce espera

Ayer la vida me dio uno de esos regalos que te llena el corazón de alegría: VOY A SER PAPA nuevamente. Tengo ya dos hijos que me transformaron por completo y todavía no puedo creer que venga un tercero en camino. Ser padre es lo mas lindo que me pasó, mas allá de lo que alguna vez imaginé.

Como explicar lo que sentís cuando llegas a casa y tu hijo se desespera por abrazarte y escuchás ese ¨papa¨ lleno de alegría, esa sonrisa que te dedica solamente por estar con vos. Como explicar la sensación de verlos aprender cada día. Las experiencias de tus hijos pasan a ser propias y cada paso que dan, lo das con ellos. Como explicás lo que te pasa cuando se ríe a carcajadas con una mueca o se emociona con una historia que le contás. Como explicar el orgullo que sentís cuando los mirás sin que se den cuenta y ves como disfrutan de la vida. Como trasmitir lo feliz que te hace volver a armar esos castillitos de arena o la pista de autos con la que jugabas de chico, solo por verlos sonreir.

Todos los días te sorprenden con su inocencia, con la pureza de aquel que mirá todo por primera vez y las pequeñas cosas son lo mejor del mundo. Dicen que los chicos no viene con manual y es realmente así, pero de lo que si estoy seguro es que por mas que nos esforcemos en enseñarles y educarlos, son ellos los que te recuerdan día a día lo que vale la pena y te hacen vivir plenamente, redescubriendo el mundo nuevamente.